miércoles, 6 de mayo de 2009

El niño que temía a la oscuridad



Esta historia puede ser la historia normal de cualquier niño que, sin saber en un principio por qué, tiene miedo a la oscuridad. Es algo muy normal en los niños y en algunos no tan niños (yo, sin ir más lejos, no soporto la oscuridad).

El caso es que este niño le tenía miedo, creía que bajo su cama vivían monstruos terroríficos, que su armario era la guarida de brujas y arpías y que los fantasmas podrían aparecer en cualquier instante. Lo cierto es que nunca pasó nada de eso. Ya cuando se hizo mayor aquel miedo no dejaba de ser una incomodidad a la hora de dormir, pero tenía cosas más importantes en las que pensar y se olvidaba de sus miedos. Hasta que un día algo extraño pasó.

Regresaba de estar de marcha con sus amigos (a su madre nunca le hizo gracia que saliera con esa pandilla). Había sido una noche muy movida, de mucha fiesta. Cuando regresó e intentaba dormirse sus temores le jugaron una mala pasada. El cuarto empezó, tan de repente, a centrifugare y a dar vueltas. El niño que temía a la oscuridad se aferró a sus sábanas, que siempre le habían protegido, pero parecía inútil. De debajo de su cama salían lagartos, serpientes y miles de reptiles y criaturas horrorosas intentado hacerle daño, de su armario salían despedidos cuchillos, hachas y demás armas punzantes. Miles de espíritus se habían congregado en su habitación para hacerle pasar un mal rato. El chico gritaba desesperadamente, pero nadie le oía.

A partir de esa noche dejó de consumir drogas y cambió de amistades.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Qué bonita inspiración tiene ud!