jueves, 7 de abril de 2011

Cuando se quiere tanto...



Que complicado resulta, cuando se quiere tanto, decirle a esa persona a la que quieres que la quieres de corazón y que no le vas a faltar nunca. Parece que por más que se lo dices no te sacia el hambre que da la necesidad de decirlo una y otra vez. Y sientes la necesidad de gritarlo una y otra vez... Incluso de subirte al punto más alto de allá donde estés y gritarlo para que todos a tu alrededor se enteren, te vean y rabien de la envidia, porque así solo se quiere una vez en la vida.

Y qué complicado resulta, cuando se quiere tanto, hacer ver, aunque sea una locura y por más vueltas que de la vida, que nunca le vas a faltar. Porque cuando se quiere tanto, así de esa manera que solo se siente una vez en la vida sabes que si da vueltas, yo no puedo, ni pienso ni quiero soltarte. Y sientes la necesidad de explicárselo más fuerte, porque más claro no es que no se pueda... es que no te sale, que si hay que caer en el camino de la vida, quieres caer sin soltarle, que si la vida quiere dar una vuelta, quieres darla sin soltarle.

Y qué complicado resulta, cuando se quiere tanto, no sentir miedos a que la historia acabe. Cuando se quiere tanto, y sabes que quieres así porque nunca jamás te sentiste tan lleno ni tan viva... tan vivo ni tan llena, tienes la necesidad de que esa persona nunca te falte, y otra vez te resulta complicado decirle que no le vas a faltar.

Y qué complicado resulta explicar lo que te escribo, eso que lo ves tan claro pero después se vuelven miedos... y después desaparecen con un beso... pero no me faltes por Dios te lo pido... Qué complicado resulta decir todo lo que siento... Mientras tanto encuentro la forma solo tengo clara una cosa: Ni puedo, ni pienso... ni mucho menos quiero soltarte.

lunes, 22 de noviembre de 2010

La góndola


Él, como hace un caballero de los pies a la cabeza, se retiró honrosamente tras una batalla perdida. No se arrastró ni se arrodilló frente a la espada que lo hizo caer. Eso no lo hacen los caballeros, eso lo hacen los cobardes, y mucho menos culpó al vencedor de su derrota. Como buen caballero reconoció que perdió porque no hizo méritos por ganar y se fue. Se embarcó en el galeón al que llamaban "La góndola", que emprendía un viaje transatlántico que sería largo (quien sabe si para toda la vida). Nadie nunca dijo que fuera un viaje fácil, pero aún así se embarcó, sabiendo de sobra lo que podía encontrarse. Allí, en el mismo galeón, se embarcaba ella. Queriendo emprender una nueva vida, compró su billete y se embarcó sin pensarlo dos veces, quería conocer mundo y se le presentó la oportunidad de tomar este rumbo.

El galeón sale de la bocana del puerto y emprende el viaje. Todo va viento en popa, a un ritmo lento para que ellos pudieran disfrutar del viaje y de las maravillas del navío. Pero allá en altamar, no mucho tiempo después de partir, se presenta una tormenta. La tormenta arrecia con vientos fuertes que vienen de todos lados, el agua se cuela por todas partes, la lluvia dificulta la vista, las olas golpean las nobles maderas del navío que parece como si fuera a romperse en dos... Pero no, "La góndola" está hecha a prueba de vendavales y de tormentas. Las mareas no podrán doblegarlo, los vientos no podrán desviar el largo recorrido que aún le queda a este navío por recorrer... Ya sabían que no iba a ser fácil.

Pero ella al timón, él a las amarras y la ilusión por mascarón de proa nada ni nadie podrá vencer al galeón que llamaban "La Góndola" que va rumbo a un viaje muy largo. Quien sabe si para toda la vida...

martes, 16 de noviembre de 2010

"Parece que la guerra está perdida" por Don Leocadio


Antes que nada, quisiera presentarme. Soy Don Leocadio y aquí os presento mi primer artículo para este blog de mi amigo Savilo. Espero que mis opiniones no molesten, y si molestan, lo siento, son mías y nadie me las va a cambiar. Hablo siempre desde el respeto y sin faltar al respeto con palabras mal sonantes. Espero que os guste mi estilo y si no, lo siento, no lo voy a cambiar.


Parece que la guerra, al fin y por desgracia, está perdida. Parece que todos aquellos que decían "asín" van a estar hablando bien, si se aprueba, a partir del Domingo 28 de noviembre. Y yo es una cosa a la que me niego.

Cuanto trabajo me costó, como si de un soldado más de la lengua española me tratara, que mis hijos aprendieran las reglas ortográficas de este idioma nuestro, que es el tercero más hablado en el mundo (solo por detrás del chino y el inglés). Cuanto esfuerzo me supuso que supieran distinguir que los verbos terminados en -ir que la lleven se escriben con b exceptuando servir, hervir y vivir, que pusieran las tildes (que no los acentos) donde corresponde según sean palabras agudas, llanas, esdrújulas y sobresdrújulas, que las palabras terminadas en -aje se escriben con j... Tantas y tantas reglas ortográficas y pequeñas batallas en pro de la lengua que me niego a que se pierdan por unos "lingüistas" flojos, que dicen que el bogavante es un crustáceo marino de colores vivos, sin saber que el color del bogavante vivo es más bien oscuro, y solo porque lo han visto sobre un plato en el restaurante que está frente por frente a la Real Academia Española de la Lengua (que no está vivo, pero tiene un color llamativo)

Cuantos soldados que lucharon con sus plumas calleron dejando muy alto el pabellón del castellano por todo el mundo. Si Miguel de Cervantes no hubiera luchado por esta lengua, si Ruben Darío no hubiera escrito tantos poemas llenos de color con esta lengua, si los poetas de la Generación del 27 no hubieran muerto por esta lengua esto no tendría trasfondo ni importancia ningunos. Pero perdónenme señores "lingüístas", por llamarlos de alguna manera, prefiero llamarlos "señores que cobran unas cantidades desorbitadas de dinero por aceptar palabras mal escritas y mal pronunciadas tan solo por dejar de tener preocupaciones y complicaciones para seguir cobrando por no hacer nada, haciendo del castellano, que es un idioma rico, grande y fuerte, en un idioma de medio pelo", perdónenme que les diga que muchos españoles, cultos y estudiosos, soldados de la palabra y del idioma castellano, estamos en contra de esta dejadez por vuestra parte.

Si todos esos poetas levantaran la cabeza se golpearían con la tapa del ataud, sí... Pero mejor para ellos, que no puedan ver todo lo que estais haciendo.

Don Leocadio

domingo, 3 de octubre de 2010

Cuando se da hasta la vida...


Aquel romance era el más hermoso que nunca soñó tener. A él le parecía tan bonito que era imposible que fuera cierto... Pero lo era. Y como en todo romance, había días que la incertidumbre le mataba, el tenerla sin tenerla, los miedos a equivocarse... todas esas cosas por las que hemos pasado, quien más y quien menos, alguna vez.

Un día, cansado de estar con la cabeza loca de dar vueltas, cogió su coche y salió a airearse, a dar vueltas allá donde el mundo quisiera decantarse. Caprichoso el destino, tuvo un accidente. Su estado era muy grave. Rápidamente lo trasladaron al hospital más cercano. Allí, acompañado de los suyos, soñaba con que ella apareciera por la habitación dispuesta a abrazarlo y cuidarlo mientras estuviera allí y quien sabe si durante el resto de su vida. Pero parece que los sueños sueños son, y él, en un momento en el que se vio casi en el otro barrio, dijo a los suyos entre suspiros: "Decidle que la he querido, que la quiero y que la querré allá donde esté. Que por ella he sido capaz de darlo todo... incluso he dado hasta mi vida".

No sé si ella fue a verlo al hospital, si le dijeron lo que él sentía o ni siquiera sé si él sobrevivió. Lo que si sé es que por un amor así fue capaz de darlo todo, hasta el último momento de su vida.


Salud!

miércoles, 5 de agosto de 2009

Una estrella iluminó su cielo


No sé como empezar, hace tiempo que no me comunico con vosotros y me encuentro algo nervioso. La vida no me sonríe, aunque yo, simplemente para fastidiar, salgo a la calle con mi mayor sonrisa. Gracias a dios a todos no les pasa esto.

La noche de antes de ayer parecía una noche cualquiera, pero para mi amigo fue una noche especial. Aunque en su cielo figuraba una estrella de 4 años, la noche de antes de ayer llegó a su cielo una estrella muy luminosa. Si su otra estrella la veía cada 15 días, esta estrella iluminará su cielo todos los días de su vida, y junto a su estrella de 4 años iluminarán su vida. Ahora podrá ser padre de familia como siempre deseó, y verá crecer y brillar a sus estrellas desde un punto de vista que jamás imaginó.

Mi más sincera enhorabuena a mi amigo, al que le debo bastante. La vida por fin te sonríe y te ilumina con estrellas y luceros, cuida esos astros como solo tú sabes y como te mereces.


Sé que es pobre y poco extenso lo que escribo, la inspiración no me da para más. Estoy vagando en un mundo de palabras, ideas y pensamientos y no sé donde hospedarme. No se lo deseo a nadie, juro que es frustrante. Espero algún día poder descansar y contaros mis viajes. Diviértanse!

jueves, 25 de junio de 2009

La noche de San Juan



Nadie sabe que tiene esta noche que, siendo la más corta, es la noche que está más llena de magia. Dicen que las brujas, como los mengues, haberlas haylas... y la noche de San Juan es sin lugar a dudas donde más cierto se hace esta afirmación.

Así sucedió. En esta noche mágica se reunieron, como si fuera otra cualquiera (pero realmente sin llegar a serlo), el grupo de amigos de siempre. Se fueron a la playa a hacer unas hogueras, pedir sus deseos y a vivir la noche más corta del año. Allí, como siempre, estaban ellos. Esa extraña pareja que traen una danza de cortejo extraño y que, sin ser tan extraño, todo apuntaba a que serían una nueva pareja sentimental dentro de el grupo. Siempre con miradas cómplices entre los dos iba surgiendo la noche.

La hoguera ya tenía una altura y una consistencia considerable. Llegó el momento de los deseos. Las chicas se reunieron todas más cerca de la hoguera, dejando que el dios Vulcano acariciara sus caras con el calor de sus fogosos dedos. Los chicos más atrás, de risoteo y juerga. Ella, la chica de la extraña pareja, miraba atentamente como ardía la leña en la arena, pidiendo intensamente su deseo. Él, el chico, se separaba tímidamente del resto de los chicos y se aproximaba a ella como... como sin quererlo. De repente, aquella mágica noche confabuló todos los movimientos posibles para que uno de sus amigos le empujara y terminara rodeando, casi sin quererlo (una vez más he dicho casi...), a la chica con sus brazos. Ella, sorprendida, en un acto reflejo le agarró como pidiéndole que no se soltara... y él se acomodó, y no la soltó.

Una vez más, la magia hizo que se quedaran solos frente a la hoguera, abrazados uno frente al otro y mirándose fíjamente. Él le coge sus dos manos sin dejar de mirarla, acerca su cabeza a la suya hasta apoyarse en su frente, acercan los dos los labios, y él, con sonrisa picarona, la deja clavada en la arena y salta a través de las llamas mientras pedía su deseo.

Aquella noche terminó tarde, con el chico acompañando a la chica a su casa tras una maravillosa noche a los ojos de San Juan. Ni que decir tiene que sus deseos se cumplieron: Ambos desearon que la noche más corta del año fuera la más larga de sus vidas.

sábado, 20 de junio de 2009

¡Ay, la inspiración!



Queridos trípedos y bípedas, locos cuerdos, lectores y seguidores todos de mis cuerdas locuras: espero que sepan perdonar mi dejadez y mi abandono en estos últimos días, pero como saben estamos en época de exámenes y, entre una cosa y otra, no me encuentro demasiado inspirado.

Y es que, amigos, la inspiración es caprichosa. Es una transeúnte que viene y va cuando le place. Su forma de vida, totalmente nómada, es la pesadilla de poetas asalariados: unos días está contigo placenteramente y otros, sin venir a cuento, se va por donde mismo vino. El caso es que siempre tengo el hostal de mi mente abierto, con una habitación reservada por si viniera. Pero hace días que no se le ve el pelo por aquí, ni ha dado señales de vida... muy típico de ella.

Así que, amigos, perdonen (insisto) las molestias, prometo que cuando vuelva le sacaré todo el jugo posible para complaceros lo más posible. No sé cuando llegará. Saludos y diviértanse!


Un momento... están llamando a la puerta