jueves, 25 de junio de 2009

La noche de San Juan



Nadie sabe que tiene esta noche que, siendo la más corta, es la noche que está más llena de magia. Dicen que las brujas, como los mengues, haberlas haylas... y la noche de San Juan es sin lugar a dudas donde más cierto se hace esta afirmación.

Así sucedió. En esta noche mágica se reunieron, como si fuera otra cualquiera (pero realmente sin llegar a serlo), el grupo de amigos de siempre. Se fueron a la playa a hacer unas hogueras, pedir sus deseos y a vivir la noche más corta del año. Allí, como siempre, estaban ellos. Esa extraña pareja que traen una danza de cortejo extraño y que, sin ser tan extraño, todo apuntaba a que serían una nueva pareja sentimental dentro de el grupo. Siempre con miradas cómplices entre los dos iba surgiendo la noche.

La hoguera ya tenía una altura y una consistencia considerable. Llegó el momento de los deseos. Las chicas se reunieron todas más cerca de la hoguera, dejando que el dios Vulcano acariciara sus caras con el calor de sus fogosos dedos. Los chicos más atrás, de risoteo y juerga. Ella, la chica de la extraña pareja, miraba atentamente como ardía la leña en la arena, pidiendo intensamente su deseo. Él, el chico, se separaba tímidamente del resto de los chicos y se aproximaba a ella como... como sin quererlo. De repente, aquella mágica noche confabuló todos los movimientos posibles para que uno de sus amigos le empujara y terminara rodeando, casi sin quererlo (una vez más he dicho casi...), a la chica con sus brazos. Ella, sorprendida, en un acto reflejo le agarró como pidiéndole que no se soltara... y él se acomodó, y no la soltó.

Una vez más, la magia hizo que se quedaran solos frente a la hoguera, abrazados uno frente al otro y mirándose fíjamente. Él le coge sus dos manos sin dejar de mirarla, acerca su cabeza a la suya hasta apoyarse en su frente, acercan los dos los labios, y él, con sonrisa picarona, la deja clavada en la arena y salta a través de las llamas mientras pedía su deseo.

Aquella noche terminó tarde, con el chico acompañando a la chica a su casa tras una maravillosa noche a los ojos de San Juan. Ni que decir tiene que sus deseos se cumplieron: Ambos desearon que la noche más corta del año fuera la más larga de sus vidas.

No hay comentarios: